domingo, 17 de octubre de 2010

LAS CONTRADICCIONES DEL SISTEMA HACE A SU PROPIA DIALÉCTICA

      Las contradicciones del sistema hace a su propia dialéctica de conservación retroalimentaría.  Es como una moneda, debe tener: "cruz" y "cara", al menos así tendrá valor circulante, en tanto auténtica y funcional, de curso legal. Si alguien la pretende sólo de "cruces", la invalida como,  así también, si fuese -mutatis mutandis- sólo de "caras".

   Pese ser esto media verdad, que  las hay sólo para quienes miran de reojo, mientras no dejan de atender con los dos, y en casos con un supuesto tercero, propio de pista circense como lo fuera:  la "mujer barbuda" , el "hombre de goma",  el "faquir sobre clavos", etc. etc.. Montado el espectáculo, todo converge, y,  como por arte de birlibirloque,  la realidad se transforma  como a pedir de boca, según intereses encubiertos.

   Generalmente estos espectáculos se realizan mediante "licuados" en que lo menor es cubierto por algo mayor, en tal caso sabido es que, la realidad,  siempre será menor a la idealidad, donde la lógica de los hechos queda atrapada por lo fáctico, de necesidad y contingencia:  mientras la lógica eidética,  se orienta, desde la especulación, por las infinitas posibilidades del cuadro lógico, entre "todos" y "algunos". Aquí anida la sofística con la mutabilidad existente entre lo falso y verdadero. Hoy no se vive -desde los absolutos de verdad o falsedad- sino desde los relativos, aparentes, cuando no,  encubridores de: falso y verdadero. “El Cambalache”. “Pan y Circo”. Etc.

   Claro que esto rebela la relatividad con que se procede en el campo de los hechos concretos,  distanciándose de los absolutos, con que generalmente, se especula desde los conceptos. Tamizados, a su vez, por dos campos o  dimensiones de actuación y/o aplicabilidad, el del “deber” y el del “poder”; y en otro plano,  si se quiere, en el del "ser" y el del ""querer y/o tener. Obvia es la correspondencia y a la vez, diferencias que imponen los campos de aplicación:
                                                       En el “deber” lo imperativo se impone por fuerza de conciencia respecto de una escala de valores tácita, supuesta y/o expresa. “¡Que se rompa pero que no se doble” decía Leandro N. Alem. Si esto ha cambiado es porque el imperativo categórico kantiano,  que subyace, a esta expresión, conlleva absolutos, que se niegan en nuestra época, tras la petición de principios de:  se  “terminaron los absolutos” “Dios a muerto”http://es.wikipedia.org/wiki/Muerte_de_Dios

.                                                 El “poder, por su parte, requiere relativos que faciliten un amplio espectro de posibilidades de acción o no acción, cosa que quién lo detente, establezca los propios extremos según su entender y quiénes se sometan, sepan a qué atenerse: “Muerto el rey. ¡Viva el Rey!” “El poder, en mi real pecho” Desde este relativismo del poder,  Maquiavelo,”,  coloca al “Principe” o  al “Estado” en el lugar de Dios, y sobre todo que el “fin justifica los medios”. Relativismo moral, que gana la inconciencia cívica, en particular de los hombres del poder: Los POLITICOS. Alem, desde su formación ética, no lo entendió y se suicidó, como tantos políticos honestos que murieron, muchos en vida, en el sustento a muerte de sus convicciones..

                                                    Por último, aunque en diferencia substantiva esta el “ser” y “querer y/o tener. El primero está marcando,  severamente,  el camino sanmartiniano “Serás lo que debas ser o no serás nada”, más próximo de Alem que de Tinelli. En éste último, obvio, distante de saberse el loco del Peñón de Gibraltar, que creía que movía de ida y vuelta de los barcos, por solo “manipularlos” con la mirada, sabe que la puesta en escena, esta dada por la tripulación, que dado los tiempos, está motivada por el inconstante “querer” y/o el aleatorio e insustentable “tener”. Con lo que la culpa no la tiene el chancho, claro que al momento de buscar uno, no habrá autocrítica, aún cuando se suela difundir, abusivamente, “todos somos culpables”, que es como decir ni el cerdo ni los crianceros. ¿Quién es quién? ¿Quién apuesta a lo original diferente? ¿Quién prefiere ser más de lo mismo? ¿Quién no busca la paja en el ojo ajeno? ¿Quién quiere ser como San Martín? y/o ¿Quién quiere ser como el tero?

   Quien tenga resuelto esto, arroje la primera piedra, seguramente, serán los menos, y por lo mismo no la arrojarán ni lapidarán a nadie. Y se arrojan piedras de distinto tamaños cuando so pretexto de un mal menor actuamos en consecuencia para evitar un futurible que conlleva un  “mal mayor”. Argumento que,  desde el 16 de Setiembre de 1955, escuchamos, tanto de gobiernos como opositores, para justificar desplazamientos  de posibles a verdaderos, como de mentiras a falsedades, que es como decir,  la lógica fáctica de consecuencias improbables, se manipula con  argumentos de la lógica formal  especulativa, con absolutos eidéticos que, en los hechos, son relativos.

    Por aquí a nuestro entender pasa lo del 82% móvil para los jubilados,  controversia que si bien justifican las posiciones de “unos” y “otros”, lo hacen desde distintos parámetros: Los primeros se apoyan en lógica fáctica y los segundos en lógica eidética. Desde la primera tenemos:

y por los segundos


     Pero, en nuestro parecer, ambos se distancian , del sentido originario justicialista de las jubilaciones, para que cada trabajador activo aspirara, a una determinada edad, al retiro y/o a la jubilación, para lo cual debía aportar, a igual que los patrones, un porcentaje sobre sus haberes, para cobertura, de quienes se jubilen,. Obvio, que las proyecciones sobre la base de una  gran masa de aportante, por varias y obvias razones, en el transcurso del tiempo, produciría una “Caja”, que daría cobertura, con más razón,  a los porvenir. Pero, no se tuvo en cuenta, que tal linealidad argumental, se viera alterada, por quiénes desde 1955 variaron la la concepción del Estado, que fuera de  “Comunidad Organizada” del peronismo, con la Constitución de 1949, pasara a ser “aparato” de Estado de gobiernos liberales o neoliberales, con la Constitución de 1853, impuesta a decretazos por la “libertadura”.. Los Fondos logrados, comenzaron a sufrir el deterioro, la erosión, porque además de una serie de desajustes económicos financieros de políticas antipopulares, no exentos de corrupción, y las irrupciones de gobiernos defactos,  facilitó la indebida apropiación por parte del Aparato de Gobierno, de los “activos” de los pasivos para cobertura, en el mejor de los casos,  de sus propios déficit, y en el peor  la generalizada corruptela. Y esto,  como la Deuda Externa, se hará y se hace recaer en todo el pueblo. Porque culpable somos todos, dirán sin rubor alguno: “UNOS” y “OTROS”.

     Hoy el mal menor pasa por  no dar el 82% móvil a los jubilados, por que son menos  que los 40 millones de personas que el Estado debe atender. Y además porque habría unos cuantas jubilaciones de privilegios, que  dado que cobran hoy arriba de 15.000 pesos, el 82% llevaría a incrementar en un monto mayor que el  que produciría casi el 75% de los jubilados, que apenas llegan a los 2.000, y de éstos, la mayoría, no pasa de los 1.000 pesos, Cabe, entonces,  aquí hacerse muchas preguntas: ¿Es un sistema justo? ¿Los del privilegio habrán aportado sobre los montos que se manejan, o son la mayoría los que produjo el sistema democrático, con jubilados que acreditan sus últimos años, como funcionarios, legisladores, etc. etc?.. ¿No habrá que proponer, un sistema jubilatorio más universal, acorde con las edades, de modo tal que las remuneraciones, se distancien de los “privilegios” de ayer o de antes de ayer, llevando a un término medio que permita, vivir bien, con dignidad pero con retribución más pareja  entre jubilados. Seguramente, que es posible, como dijera Jauretche, en esto también  hay  que barajar y dar de nuevo. Porque así como está es tremenda y sumamente grave y grosera la injusticia.

    Finalmente, vale la ocasión, para nuestro reconocimiento a esa luchadora que fue Norma Plá, que, a la vez,  sirva para condena de todos quienes hicieron oído sordo a sus reclamos, y hoy son campeones de la mentirosa propuesta del 82%,pero también  cuestionar,  críticamente,  al  gobierno que  suma -con su veto-  al no se puede,  en lugar de efectuar y/o tomar una medida más eficaz y equitativa respecto, sobre todo de las jubilaciones  de privilegio y que dice no se puede, y no ofrece alternativas, que contemplen las diferencias. Más o menos como sucediera con la Resolución 125, el peor pecado,  es no diferenciar lo diferente.

    Las contradicciones del sistema hace a su propia dialéctica  que no trepida de distanciarse de toda lógica, por apelar al argumento de un incierto “menos por más” que  es como licuar realidades desde expresiones conceptuales . La realidad -recordemos- es la única verdad. La magia del circo no da –con y pese a todo- como para digerir “licuados” de tal naturaleza.

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