domingo, 11 de noviembre de 2012

Lo bueno para ellos, es malo para el pueblo y viceversa"

  • Lo  bueno para ellos, es malo para el pueblo y viceversa"
  •                                                                                                                      Eriberto  De Pablo


   Producido el 16 de setiembre de 1955, los vencedores, por Decreto, en particular el 4161, pretenden borrar la realidad telúrica decididamente peronista, pero como ellos se decían libertadores y demócratas,  creían  suficiente, decir "ni vencedores ni vencidos", para ocultar lo contrario. Y entre las tantas reconceptualizaciones, originadas en las cátedras de Educación Democrática e Instrucción Cívica con que suplen Cultura Ciudadana del Régimen depuesto enseñaban las nuevas razones que inspiraban una nueva concepción de Demoracia: "gobierno de las mayorías pero con el sagrado respeto  a las minorías" que altera la comprensión, al priorizar "las minorías" y sera evidente y doliente que postergan "el sagrado respeto por las mayorías", esencia misma de la democracia y principio de autoridad  distribuida.  Es que las minorías  del establishment  monarquico se vieron sorprendidas en su "buena fe" en cuanto al "orden establecido", que desde 1810 se impuso no sólo en el Río de la Plata, sobre todo con la la Ley del Sufragio Universal, cuando los radicales, llevan a la presidencia a Don Hipólito Yrigoyen y los descamisados, la rematan con un lider popular, de lo que alguno denominó "aluvión zoológico".

    En esa fecha, 1810. no estaba claro, sobre todo para los monárquicos y conservadores clericales, si de lo que se trataba era fijar el locus del establishment, despegados de Napoleón o de Fernando VII, dando protagonismo a una oligarquía criolla postergando las legítimas aspiraciones populares, para quienes la separación de España, no era una cuestión táctica dentro de una estrategia  monárquica, como menos lo será para la mayoría de ellos, de una táctica, repúblicana y federal dentro de una estrategia  imperialista. Desde entonces las luchas nacionales del Pueblo será por su afirmación soberana. Y de acuerdo con ello, serán los caudillos, en particular,  Juan Manuel de Rosas, Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo Perón los más representativos referentes, de esta línea  llamada Nacional y Popular, en contraposición a la Liberal-Mayo-Caseros, cuyos referentes nutre la historiografía oficial desde Bernardino Rivadavia a Rojas y Aramburu de la fusiladora del 55, que abrió no sólo los cuarteles, al "partido militar" que concluye en Videla-Massera-Agosti-Galtieri-Mignone y desde esa fecha a más de 30.000 desaparecidos, muertos, perseguidos, vejados, torturados, etc. 

     Obviamente que cuiando las minorías pretenden "sagrados respetos" es porque han perdido el poder por las urnas o sea la voluntad soberana del sufragio universal. Entonces sus lindos textos democráticos y de instrucción cívica, ya nos les sirven, porque sustantivamente, tales concepciones valen para los pueblos, que desde el mecanismo electoral conocido de siempre, se resuelve por mayorías y minorías. Y esto no es fácil de comprender menos si se aprende de memoria y por manuales, y menos aun de realizar, por un Pueblo que sale de instituciones monárquicas, con desaparición, entre nosotros del Reino,  con sus reyes y cortesanos. A falta de sangre real, bienvenida sea la "aristocracia", que luego, al no ser genuinamente tal, solo serán oligarquías nativas, es decir, gobierno de minoría en detrimento de las mayorías, que si bien no serán consideradas vasallos, ni esclavos por códigos y leyes fundamentales, en los hechos,  no pasan de sirvientes a modo de "don nadie" y a la aristocracia de sangre, dirá Dorrego Manuel, la reemplaza la del dinero, con lo que terminan quedándose con la res-pública los "fondos buitres", de la Patria financiera de siempre.

         Este proceso, que durante siglos se ocultó, por distintos modos y medios, que cultivaban en forma directa o indirecta la ignorancia, que con escuela o sin ella, por sistema debían ignorarse. Claro que, mientras los más no pueden superar los factores condicionantes que retroalimentan en los más su inconsciencia, todo esta bien, para quienes están en situación de privilegio e imponen como axiomas paradigmas que, ahora, quedaron al descubierto en cuanto origen, procedencia, operadores, testaferros, sicarios, etc. No fueron pocos los argentinos en solitario que se dieron cuenta de esta infamia desde Ugarte a Jauretche, Scalabrini Ortiz, Abelardo Ramos, José María Rosa,  por mencionar sólo algunos, la mención completa nos llevaría varias páginas, por ahora, baste decir que la historia oficial los silenció, o les impuso un alusivo sambenito:  "Los Malditos". Digamos de paso, que gracias a ellos, otra es la lectura de nuestra historia y de nuestra realidad.(Mención obligada a la prolífica producción tanto del Maestro Norberto Galasso, como del filósofo José Pablo Feinmann) 

        No por azar, coinciden -como constantes las fuerzas antinómicas- en las calles: En 1835 con Francia e Inglaterra y contra Juan Manuel de Rosas En 1945,  Estuvieron con Braden contra Perón; en 1955,  los reencontramos con Rojas y Aramburu contra el Pueblo; en 1976 reaparecen con mayor grado de crueldad y violencia con Videla, Massera- Agosti, el clan cívico militar. Y ahora, con iguales decibeles de odio y violencia, pretenden imponer sus sagrados derechos de minorías, importándoles un rábano los derechos de las mayorías que se expresan democraticamente por medio de elecciones. Y que en el 2003, el Pueblo, desde entonces a la fecha,  gratamente llamará de Néstor y Cristina. Gobierno Nacional y Popular que los supera abismalmente, aún contabilizándo, críticamente y de buena onda,  algunos puntos en contra, pero como decía Perón se nos oponen por nuestros aciertos no por nuestros errores, que generalmente corregimos, sin prensa alguna, sobre la marcha. Pero, aquí no hay que entrar en la casuística, porque de lo que se trata es algo sistémico, a ellos, como liberales que son,  no les calza el ideario proteccionista, menos una "Comunidad Organizada"por tanto, como son quienes pierden privilegios y sobre todo poder, el odio rebela que subyacen cuestiones más afligente para ellos, y que podemos resumir axiomaticamente, en esta intuitiva fórmula: Lo que es bueno para ellos es malo para el pueblo y viceversa. Y esto es irreductible a menos que aprendan a respetar al Pueblo y a sus instituciones democráticas, federal y republicana, es decir, bases fundamentales de la Constitución Nacional, que garantizan una Patria Grande, Justa,  Libre y Soberana y la felicidad del Pueblo. Ellos no pueden ser peronistas, y/o nacionales y popular, como nosotros no podemos ser liberales. ¿Qué hacer entonces? Tal vez, valga prevenirles que por el camino de la violencia, el atropello, la falta de respeto a las mayorías, no pasarán y no dejaremos de ser justicialistas y hacer justicia social.

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